martes, 9 de julio de 2019

¿Para qué son útiles las onomatopeyas?


Una onomatopeya es una palabra formada por imitación de un sonido, ruido o incluso un fenómeno visual, con el que también está vinculada semánticamente.

Con las onomatopeyas podemos representar los sonidos de los animales, de objetos/elementos que nos rodean… La realización e imitación de dichos sonidos son una valiosa herramienta para poder estimular el lenguaje de los niños, ya que se ejercitan los órganos bucofonatorios de una forma tan natural como es el juego.

Emitir onomatopeyas es enriquecedor desde edades tempranas. Además, resulta beneficioso para aquellos niños que tienen discapacidad auditiva, puesto que les ayudan a identificar las características de sonidos largos, cortos e intermitentes.

Con las onomatopeyas, podemos propiciar emisiones de un solo sonido o combinaciones de diversos sonidos.






A modo de resumen, los onomatopeyas nos permiten:

- Estimular la adquisición del lenguaje.
- Identificar y articular fonemas.
- Reconocer que cada animal u objeto emite un sonido diferente.
- Mejorar la fluidez verbal y las dificultades en la articulación.
- Incrementar el vocabulario.
- Realizar ejercicios de tiempo y ritmo.
- Clasificar, realizando descripciones.

Las onomatopeyas son beneficiosas en cualquier situación de juego, pero también resultan eficaces durante la lectura de cuentos ya que promovemos mayor intención comunicativa, mejor comprensión e incrementamos la motivación.




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FÁTIMA LÓPEZ RUS

LOGOPEDA

miércoles, 26 de junio de 2019

El papel de los padres en el desarrollo del lenguaje

La ayuda de los padres en el desarrollo del lenguaje del niño/a es tan importante que no puede sustituirse con nada, ni siquiera con el mejor juguete que nos podamos encontrar. En esta ayuda, la atención y estimulación del lenguaje del niño/a ocupa un lugar muy especial, ya que si no están presentes, su lenguaje no podrá desarrollarse de la forma adecuada y podrían producirse problemas en su adquisición.

Es cierto que el niño/a puede entretenerse él solo con un estímulo del entorno, pero para hablar necesita un interlocutor que lo escuche y hable con él. Y aquí es donde pueden intervenir los padres y ayudar a sus hijos a desarrollar el lenguaje; es durante la interacción conjunta donde más logros se producirán.



Mientras jugamos con ellos, es muy importante que el niño tome la iniciativa. Para ello hay que saber observar, aguardar o dar tiempo para que el niño se exprese, ya sea a través de sonidos, de gestos, con la mirada... De este modo nos estaremos informando de sus preferencias, y tendremos más oportunidades de sacar más lenguaje que si le intentamos imponer algo nosotros que no le llame la atención.

Es muy importante colocarse al mismo nivel que el niño/a, buscando y ayudándole a mantener el contacto visual, demostrando que le escuchamos mirándole cara a cara siempre que intente comunicarnos algo.

Mantener una cara y una voz muy expresivas son muy atractivas para el niño/a, así como una adecuada melodía de voz mientras interactuamos con nuestro hijo.

Sin la cooperación y ayuda de los padres no se puede pensar en una correcta y adecuada evolución del lenguaje. En realidad, no se trata tanto de tiempo sino de actitud.





Es importante saber que si se tiene una relación madre/padre-hijo en la que prime el afecto, la serenidad y una buena estimulación verbal adecuada, el desarrollo será el adecuado. Al hablarle cuando le damos de comer o cuando le damos un baño, estamos preparándole para que se comunique de forma oral y observará que las acciones que desempeñan sus cuidadores o él mismo tienen una traducción verbal.

Lo más importante cuando estemos hablando con nuestro hijo/a es que debemos adaptar nuestro lenguaje al niño, y no al contrario. 

De forma natural, debemos estimular al niño nombrando las cosas y las actividades que realizamos conjuntamente: "toma el chupete", "nos ponemos los calcetines"... Así, el niño irá aprendiendo que a cada objeto se le asigna un nombre determinado.

Es conveniente hablar más despacio de lo habitual, pero sin romper nuestra entonación, acento o tono. Además, debemos pronunciar claramente las palabras, exagerando ligeramente la pronunciación de los sonidos.

Por otro lado, debemos usar frases sencillas adaptadas al nivel de producción y comprensión del niño; nunca se debe usar un lenguaje excesivamente infantilizado o distorsionado: el pi-pi (pájaro), el te-te (chupete), el bi-bi (biberón).

Muchas veces olvidamos, cuando apreciamos que se retrasa en la adquisición de sonidos y vocabulario, que los niños comprenden antes de expresarse. Por ello, se dan muchas situaciones en las que exigimos al niño que pronuncie correctamente una palabra: "di coche", "repite conmigo: coche", "otra vez más"... Por ello, es muy importante hablar con el niño pero sin exigencias ni presiones para que lo haga.

Lo que podemos hacer es recalcar las palabras o tipos de frases que queremos que el niño aprenda a decir mejor, repitiéndoselas a menudo de un modo natural y de varias formas distintas, pero con el mismo mensaje ("mira el coche", "aquí está el coche", "¡como corre el coche!"...).

Pero lo más importante, es hablar a menudo al niño/a en todas aquellas situaciones en las que estamos haciendo o mirando cosas juntos: en la comida, mientras damos un paseo, jugando, durante el baño, viendo un cuento...




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FÁTIMA LÓPEZ RUS

LOGOPEDA

miércoles, 19 de junio de 2019

Ayudo a mi hijo a relacionarse con los demás

Os enseñamos algunas pautas para enseñar a nuestros hijos a ser más sociables.¡Seguro que os son de mucha ayuda!


Nuestros hijos deben aprender a acercarse sin apresurarse, a sonreír y a decir buenos días cuando ve a alguien que conoce.

- Da ejemplo saludando e invitando a tu hijo a hacer lo mismo. Designo el gesto (mimo, besito). "Mira, Lucía, mamá te saluda"

- Salúdales con un "buenos días sonriente" por las mañanas al despertarse o, por ejemplo, cuando un invitado nos visita en casa.

- Ayúdales a aprender diferentes modos de saludar. Hazle notar, por ejemplo, que su tío saluda al abuelo estrechándole la mano, y a la abuela abrazándola. Sin embargo la tita saluda guiñando el ojo.

- Aprovecha el tiempo de acostarle para intercambiar agradables mimos con tu hijo. Exprésale la alegría al recibir sus caricias.



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Pilar Galiano

Psicóloga General Sanitaria
Neuropsicóloga

miércoles, 12 de junio de 2019

La hora de las comidas como una situación favorecedora del lenguaje

El tiempo que se pasa en familia es vital para afianzar la unidad y establecer vínculos afectivos sólidos que beneficien las relaciones entre sus miembros. La comida familiar constituye un instante para sentarse todos alrededor de la mesa, para compartir una comida más o menos estructurada, con horarios más o menos establecidos; por lo tanto, es un punto de encuentro donde se estrechan lazos afectivos y se educa en valores.

Sin embargo, este hecho a veces se ve comprometido debido a los hábitos de vida moderna y el trabajo, que hacen que muchas veces los padres se vean sobrecargados y el momento de comer se vea como una situación en el que no se puede invertir demasiado tiempo y esto hace que se busquen estrategias para acelerar o hacer más fácil dicha situación (ver la televisión, el móvil, juguetes…).





Estas distracciones durante las comidas desembocan hacia una disminución considerable de conversaciones, menor verbalización y pueden dirigirse hacia un mayor riesgo de que exista un retraso del lenguaje en los niños/as.


¿Qué beneficios tiene conversar durante las comidas sin distracciones?

En primer lugar,  propicia el diálogo . El momento de reunirse en torno a una mesa para comer es un momento para mejorar el desarrollo intelectual de los niños, puesto que se promueven la ampliación del lenguaje, el vocabulario y motivan a mejorar las habilidades de comunicación, lo que les proporciona mayor seguridad emocional y autoestima. Sin embargo, todos estos efectos positivos únicamente pueden ser efectivos si todo transcurre en un ambiente cómodo, tranquilo y relajado, sin distracciones, evitando riñas y enfados.

Por otro lado,  favorece la autonomía . A la hora de comer el niño debe ser 'sujeto activo' y para ello, los padres les explican cómo utilizar los diferentes cubiertos mediante el diálogo y sirviendo como modelos.
Además, es importante saber que cuando un niño/a está entretenido, no sabe qué ni cuánto está comiendo, ya que toda su  atención  la acapara el distractor que se le ha ofrecido, necesaria para que el niño/a sea consciente de su ingesta y saciedad para lograr comunicárnoslo, y evitar en un futuro posibles problemas de obesidad y de rechazo a ciertos alimentos a causa de no haber disfrutado de los diferentes sabores que se le han ofrecido, siendo muy selectos en los alimentos que toman, aspecto importante para la ingesta de todos los nutrientes necesarios para una vida saludable.







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FÁTIMA LÓPEZ RUS

LOGOPEDA

jueves, 30 de mayo de 2019

¿Hasta cuándo usar el chupete?


La mayoría de los bebés utilizan chupetes como sustitutos del pecho materno que a pesar de no alimentarles, les permiten succionar y autorregularse para mantener y recuperar la calma en determinadas situaciones; por ello, en un principio no se considera nocivo pero si se utiliza durante más tiempo del recomendable, puede llegar a ser nocivo.

En un principio el chupete no debe ofrecerse en el bebé amamantado hasta las 4 o 6 semanas de vida como mínimo, y esto se debe a que queremos conseguir previamente una buena lactancia materna sin que el chupete pueda interferir.




¿QUÉ EFECTOS NEGATIVOS PUEDE TENER EL USO DEL CHUPETE DURANTE MÁS TIEMPO DEL RECOMENDADO?

  •  Puede dar lugar a paladares ojivales o a mordidas abiertas, es decir, que cuando el niño cierra la boca, muerde únicamente con las muelas y las paletas no tienen contacto. Esto a su vez provoca que la lengua se posicione en un lugar más bajo del que le corresponde, dando lugar a que el niño/a tenga la boca abierta o entreabierta frecuentemente y respire por la boca o altere la respiración nasal-bucal.


  • Si usan el chupete en varios momentos de día, aparte de para dormir y calmarse puntualmente, podrá verse afectado el desarrollo del habla, ya que mientras lo tienen introducido en la boca, no permite los movimientos naturales de la lengua y del resto de estructuras bucales; evitando de igual forma, los posibles retrasos del lenguaje que en varias ocasiones nos encontramos.


Así pues, se considera que la retirada del chupete más recomendable debe situarse entre los 12 meses y los 2 años, pero en el caso de que no se consiga, hay que intentar evitar el uso del chupete durante el día, es decir, limitar su uso excepto cuando el niño lo pida para dormir; por lo que no afectará a su forma de hablar y experimentar diversos sonidos y movimientos con su boca con total libertad, sin que un objeto en su boca lo impida.



¿CÓMO QUITAR EL CHUPETE?

Las claves consisten en:


- No ofrecérselo para que deje de usarlo, lo primordial es no ir detrás de ellos con el chupete, es decir, no debemos de pensar en él como un recurso, eliminándolo del campo visual de nuestros hijos/as.

- No negárselo si lo pide, es necesario dárselo; ya que podría a empezar a considerarse algo prohibido como consecuencia hacer que lo desee más y no quiera soltarlo.

- Sustituir las situaciones en los momentos en los que sabemos que suelen pedirlo y debemos anticiparnos buscando otras soluciones/alternativas. Por ejemplo, si lo pide cuando sale a la calle, podemos ofrecerle algún alimento o bebida, hablarle… Por la noche, hacerle caricias, cantarle una canción…








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FÁTIMA LÓPEZ RUS

LOGOPEDA

lunes, 27 de mayo de 2019

INTELIGENCIA LÓGICO-MATEMÁTICA. Neuroescuela de verano

QUÉ ES LA INTELIGENCIA LÓGICO-MATEMÁTICA



Potencial para captar, comprender y establecer relaciones, para emplear números y operaciones, para plantear y resolver problemas y para desarrollar esquemas y razonamientos lógicos.

QUÉ HABILIDADES SE ADQUIEREN

- Identificar, seriar, clasificar y sintetizar elementos

- Visualizar y desarrollar esquemas.

- Identificar y desarrollar abstracciones y patrones.

- Establecer relaciones causa-efecto.



ESTRUCTURAS CEREBRALES QUE SE ESTIMULAN

Hemisferio izquierdo: dominante en los procesos lógicos-matemáticos. Lóbulo parietal y áreas temporal y occipital.

Aunque en menor medida también el hemisferio derecho.

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Pilar Galiano

Neuropsicóloga
Psicóloga General Sanitario

viernes, 24 de mayo de 2019

INTELIGENCIA LINGÜÍSTICO-VERBAL. Neuroescuela de verano


En nuestra neuroescuela de verano se orientará a estimular, entre otros, ¡el ámbito lingüístico-verbal!.



¿CÓMO SE LLEVARÁ A CABO?

Trabajaremos varios aspectos necesarios para que los niños/as aprendan aspectos básicos en base al abordaje lecto-escritor, promoviendo su aprendizaje y resolviendo posibles dificultades de forma temprana, a modo preventivo.

Por otro lado, irá dirigido también a mejorar su desarrollo lingüístico, realizado tanto de forma individual como grupal, con el fin de desarrollar las estrategias necesarias para resolver posibles situaciones de manera que sea lo más funcional y realista posible.

Además, no sólo irá dirigido a la expresión verbal (oral o escrita) sino también a la comprensión tanto auditiva como escrita como necesidad básica, previa a la expresión. Todo ello se desarrollará en un ambiente totalmente lúdico, dinámico y natural, donde ellos serán y se sentirán los verdaderos protagonistas de todas y cada una de las actividades propuestas para conseguir su máxima expansión lingüística.

ESTRUCTURAS CEREBRALES ESTIMULADAS

Hemisferio derecho: cuestiones relacionadas con la prosodia y el uso social del lenguaje
Hemisferio izquierdo: es el dominante para el lenguaje. Intervienen los lóbulos frontal y temporal, y las áreas de Broca y Wernicke.






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FÁTIMA LÓPEZ RUS

LOGOPEDA











miércoles, 22 de mayo de 2019

INTELIGENCIAS MÚLTIPLES. Neuroescuela de verano

¿Qué es?

     La teoría de las inteligencias múltiples es un modelo de concepción de la mente propuesto en 1983 por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, profesor de la Universidad de Harvard, para el que la inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino que la inteligencia es como una red de conjuntos autónomos relacionados entre sí.


       Gardner propuso que para el desarrollo de la vida uno necesita o hace uso de más de un tipo de inteligencia. Así pues, Gardner no entra en contradicción con la definición científica de la inteligencia, como la «capacidad de solucionar problemas o elaborar bienes valiosos». Para Gardner, la inteligencia es un potencial biopsicológico de procesamiento de información que se puede activar en uno o más marcos culturales para resolver problemas o crear productos que tienen valor para dichos marcos. 

¿Qué tipo de inteligencias existen?



Howard Gardner defiende que, así como hay muchos tipos de problemas que resolver, también hay muchos tipos de inteligencias, que se pueden adaptar reticularmente a su solución. Las inteligencias múltiples y las funciones diferentes de un individuo están vinculadas a ciertas partes del cerebro. Hasta el momento, existen ocho inteligencias que el Dr. Howard Gardner ha reconocido en todos los seres humanos: la lingüística-verbal, la musical, la lógica-matemática, la espacial, la corporal-cinestésica, la intrapersonal, la interpersonal, y la naturalista. Además, es posible que haya una novena inteligencia, la existencial, que aún está pendiente de demostrar. 


Ventajas de trabajar las inteligencias múltiples en el niño/niña:

  • Le motiva. Al tener en cuenta las diferentes inteligencias se capta más su atención.
  • Personaliza su aprendizaje. El aprendizaje se consigue gracias a estrategias utilizadas a medida de cada niño.
  • Facilita la atención a la diversidad. Se desarrollan al máximo las aptitudes y se conocen mejor las necesidades peculiares de cada niño.
  • Se ofrece una experiencia de aprendizaje más real y completo. El trabajo por inteligencias múltiples se asemeja más al mundo real y por lo tanto lo prepara mejor para el futuro.
  • Aprende a aprender. Se ofrecen distintas estrategias y se ponen a su alcance herramientas para que sea el protagonista de su aprendizaje. 
  • Potencia muchas habilidades y destrezas. Se trabajan simultáneamente aptitudes de muchos tipos: habilidades sociales, creatividad, destrezas motrices y toma de decisiones.
  • Proporciona resultados más significativos. Permite conocer mejor al niño, sus capacidades, su forma de aprender, su potencial, sus necesidades y las áreas donde necesita mejorar.

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Pilar Galiano

Neuropsicóloga
Psicóloga General Sanitaria

jueves, 16 de mayo de 2019

LA PERCEPCIÓN COMO PRECURSOR DEL LENGUAJE


La percepción por parte de los bebés constituye el primer paso y una fuente de capacidad comunicativa previa a la producción lingüística. Por ello, al ser una de las bases más importantes, se le hace especial mención.

La capacidad de percepción se entiende como un prerrequisito/precursor del lenguaje. Consta de varias fases que necesita experimentar el niño/a de forma previa, pero siempre con la interacción conjunta entre niño/a y sus cuidadores:


 Ritmo:

El habla de los cuidadores transmite una información básica sobre las propiedades rítmicas y melódicas de la lengua materna, es decir, las propiedades relacionadas con cómo suena su lengua.
El reconocimiento de la lengua materna es uno de los puntos de partida principales del largo proceso de adquisición del lenguaje. Por tanto, los bebés necesitan tener la oportunidad de oír de forma regular el habla de sus cuidadores, especialmente cuando se dirigen hacia ellos.





Sonidos del lenguaje:



Este apartado hace referencia a un conocimiento más preciso sobre cómo “suena” la lengua de su entorno, su lengua materna.
El bebé cada vez percibe mejor las diferencias entre los sonidos del habla y descubre qué combinaciones o secuencias de sonidos son las más frecuentes.
Gradualmente, irán aprendiendo cuáles son los sonidos y las secuencias de sonidos más frecuentes y característicos de su lengua. Este conocimiento se denomina reorganización o sintonización perceptiva.








Identificación de palabras:

Los adultos hablamos de forma fluida, sin marcar claramente dónde empieza y termina cada palabra. Por tanto, una de las tareas perceptivas a las que se enfrentan los niños en los inicios de la adquisición del lenguaje es la de descubrir posibles palabras, es decir, darse cuenta de que determinadas secuencias de sílabas siempre van seguidas y forman unidades.

De forma natural podemos ayudar a adquirir su primer vocabulario y a ayudarle a comprender lo que decimos. Para ello, existen diferentes factores que pueden favorecer el descubrimiento y la identificación de posibles palabras:

-  Forma en la que los adultos se dirigen a los niños: exagerar la entonación, a hablar más despacio y a realizar más repeticiones de palabras
- Las canciones infantiles, con letras sencillas y repetitivas, también ayudan a descubrir esas unidades que son las palabras, especialmente aquellas situadas al final de la frase.



Comprensión de palabras:

La comprensión de palabras se inicia lentamente entre los 6 y los 9 meses, centrada en un pequeño número de nombres concretos. Una de las primeras palabras que suelen reconocer primero es su propio nombre. También incorporan la comprensión de palabras muy cercanas y familiares (“mamá” o “papá”), el nombre de su juguete preferido, objetos propios como el biberón, partes del cuerpo y expresiones utilizadas en rutinas sociales o de juego ("Cu-cú").




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FÁTIMA LÓPEZ RUS

LOGOPEDA

jueves, 9 de mayo de 2019

Celos entre hermanos

La envidia o celos entre hermanos es una reacción de lo más normal. Algunos estudios señalan que el 65% de los hermanos mayores sienten celos de sus hermanos pequeños. El hermano mayor se da cuenta de las diferencias normales entre los cuidados que se ofrecen a uno y otro, y habitualmente interpretan esta diferencia de forma negativa.



Lo niños pueden expresar sus celos de diversas formas: regresión, oposición o agresión.

Regresión: vuelven a hacerse pipí encima, piden que se le acune, dejan de comer...

Oposición: ponen a prueba las normas y límites existentes. Ponen a prueba a sus padres.

Agresión: empujan a otros niños, abrazan a su hermanos bruscamente, insultan, molestan bajo pretexto de juego...

La mayor parte de los padres, para evitar los celos entre hermanos, intentamos aplicar lo que se llama "principio de justicia distributiva": calculamos, medimos, hacemos la cuenta del gasto que hacemos para uno y otro, o del tiempo dedicado a uno y a otro. Intentamos no adoptar una actitud de favoritismo hacia ninguno de nuestros hijos. Algunos incluso aumentamos el afecto que mostramos hacia el mayor para no sentirnos culpables de haberles impuesto un hermano que le hace sentir frustrado. 
¡No es justo! Nos dirán a menudo. Y efectivamente, no, no lo es. Debemos de aceptar que la desigualdad existe, ya que cada miembro de la familia es un ser único que requiere de necesidades diferentes y específicas. 
"La prevención de los celos no pasa jamás por la igualdad a cualquier precio, sino por la individualización y la aceptación de las diferencias" (Nemer-Pier, 2003).






Algunas pautas para reducir la rivalidad entre hermanos:


  • Ponderad la fuerza, las habilidades, las características diferentes. El niño tiene la necesidad de ser reconocido por lo que es. El momento de acostarse es propicio para este tipo de confidencias.

  • Ofreced un sitio a cada uno para dormir, para guardar sus cosas o para aislarse. Que cada uno tenga su rincón, su manta, sus colores preferidos, por ejemplo.

  • Celebrad fiestas para ellos en diferentes momentos. No es conveniente comprar un regalo de consolación al que no celebra su cumpleaños, pues ese día es para el que lo celebra.

  • Favoreced las amistades respectivas. Cada niño tiene su grupo de amigos y no es obligatorio incluir en él a su hermano o su hermana.

  • Antes de dar los juguetes del mayor al más pequeño, pedidle autorización.

  • Poned en marcha un horario adaptado a la edad de cada uno, aunque entre los dos niños no haya más que un año de diferencia. El mayor debe poder beneficiarse de los privilegios inherentes a su derecho de ser mayor. Por ejemplo, acostarse más tarde.


  • Compartid momentos de intimidad con cada uno de los niños.  estos momentos personalizados los tranquilizarán  en cuanto al lugar privilegiado que ocupan dentro de vuestro corazón. Por ejemplo, id a buscar primero al mayor al colegio, después al pequeño a la guardería, y alternad.

  • Evitad las comparaciones.

  • Acompañad a los niños en actividades diferentes. El pequeño podrá elegir una actividad para hacer con papá después de los deberes del mayor. 


  • Reconoced las necesidades específicas de los niños y evitad así sentiros culpables cuando uno de ellos os reproche que os ocupáis demasiado del otro. "En este momento es Alicia quien me necesita" Confiad en vuestra sensibilidad y vuestro juicio.


  • Negaos a responder a la pregunta "A quien prefieres". Cualquiera que sea la respuesta, siempre haréis daño a uno de los niños.


  • Evitad cargar al mayor con la responsabilidad de niño modelo. Si se le exige "dar ejemplo" el mayor puede desarrollar resentimiento hacia el pequeño. Además esto perjudicaría el desarrollo de autonomía del pequeño.   



Es verdad que los conflictos entre hermanos perturban muy a menudo la armonía familiar, pero la relación entre hermanos representa también un medio prodigioso de mutuas satisfacciones y un mundo donde hay que familiarizarse con la decepción. Habrá hermanos que cuando se hagan mayores, superarán esas desilusiones de niños y se harán aliados, apoyándose el uno al otro en el transcurso de los acontecimientos de la vida. Entonces podrán decirse: " Qué feliz soy de que estés ahí para mi"


Bourcier S(2012) La agresividad en niños de 0 a 6 años. Ed. Narcea. Madrid.




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Pilar Galiano

Neuropsicóloga 
Psicóloga General Sanitaria

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