La percepción por parte de los bebés constituye el primer
paso y una fuente de capacidad comunicativa previa a la producción lingüística.
Por ello, al ser una de las bases más importantes, se le hace especial mención.
La capacidad de percepción se entiende como un prerrequisito/precursor
del lenguaje. Consta de varias fases que necesita experimentar el niño/a de
forma previa, pero siempre con la interacción conjunta entre niño/a y sus
cuidadores:
Ritmo:
El habla de los cuidadores transmite una información básica
sobre las propiedades rítmicas y melódicas de la lengua
materna, es decir, las propiedades relacionadas con cómo suena su lengua.
El reconocimiento de la lengua materna es uno de los puntos
de partida principales del largo proceso de adquisición del lenguaje. Por
tanto, los bebés necesitan tener la oportunidad de oír de forma regular
el habla de sus cuidadores, especialmente cuando se dirigen hacia ellos.
Sonidos del lenguaje:
Este apartado hace referencia a un conocimiento más
preciso sobre cómo “suena” la lengua de su entorno, su lengua materna.
El bebé cada vez percibe mejor las
diferencias entre los sonidos del habla y descubre qué combinaciones o
secuencias de sonidos son las más frecuentes.
Gradualmente, irán aprendiendo cuáles son los sonidos
y las secuencias de sonidos más frecuentes y característicos de su
lengua. Este conocimiento se denomina reorganización o sintonización
perceptiva.
Identificación de palabras:
Los adultos hablamos de forma fluida, sin marcar claramente
dónde empieza y termina cada palabra. Por tanto, una de las tareas perceptivas
a las que se enfrentan los niños en los inicios de la adquisición del lenguaje
es la de descubrir posibles palabras, es decir, darse cuenta de que
determinadas secuencias de sílabas siempre van seguidas y forman unidades.
De forma natural podemos ayudar a adquirir su primer
vocabulario y a ayudarle a comprender lo que decimos. Para ello, existen
diferentes factores que pueden favorecer el descubrimiento y la identificación
de posibles palabras:
- Forma en la que los
adultos se dirigen a los niños: exagerar la entonación, a hablar más
despacio y a realizar más repeticiones de palabras
- Las canciones infantiles, con letras sencillas y
repetitivas, también ayudan a descubrir esas unidades que son las palabras,
especialmente aquellas situadas al final de la frase.
Comprensión de palabras:
La comprensión de palabras se inicia lentamente entre los 6
y los 9 meses, centrada en un pequeño número de nombres concretos.
Una de las primeras palabras que suelen reconocer primero es su propio nombre.
También incorporan la comprensión de palabras muy cercanas y familiares (“mamá”
o “papá”), el nombre de su juguete preferido, objetos propios como el biberón,
partes del cuerpo y expresiones utilizadas en rutinas sociales o de juego ("Cu-cú").
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FÁTIMA LÓPEZ RUS
LOGOPEDA
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