La mayoría de los bebés utilizan chupetes como sustitutos
del pecho materno que a pesar de no alimentarles, les permiten succionar y
autorregularse para mantener y recuperar la calma en determinadas situaciones;
por ello, en un principio no se considera nocivo pero si se utiliza durante más
tiempo del recomendable, puede llegar a ser nocivo.
En un principio el chupete no debe ofrecerse en el bebé
amamantado hasta las 4 o 6 semanas de vida como mínimo, y esto se debe a que
queremos conseguir previamente una buena lactancia materna sin que el chupete
pueda interferir.
¿QUÉ EFECTOS NEGATIVOS PUEDE TENER EL USO DEL CHUPETE
DURANTE MÁS TIEMPO DEL RECOMENDADO?
- Puede dar lugar a paladares ojivales o a mordidas abiertas, es decir, que cuando el niño cierra la boca, muerde únicamente con las muelas y las paletas no tienen contacto. Esto a su vez provoca que la lengua se posicione en un lugar más bajo del que le corresponde, dando lugar a que el niño/a tenga la boca abierta o entreabierta frecuentemente y respire por la boca o altere la respiración nasal-bucal.
- Si usan el chupete en varios momentos de día, aparte de para dormir y calmarse puntualmente, podrá verse afectado el desarrollo del habla, ya que mientras lo tienen introducido en la boca, no permite los movimientos naturales de la lengua y del resto de estructuras bucales; evitando de igual forma, los posibles retrasos del lenguaje que en varias ocasiones nos encontramos.
Así pues, se considera que la retirada del chupete más
recomendable debe situarse entre los 12 meses y los 2 años, pero en el caso de
que no se consiga, hay que intentar evitar el uso del chupete durante el día,
es decir, limitar su uso excepto cuando el niño lo pida para dormir; por lo que
no afectará a su forma de hablar y experimentar diversos sonidos y movimientos
con su boca con total libertad, sin que un objeto en su boca lo impida.
¿CÓMO QUITAR EL CHUPETE?
Las claves consisten en:
- No ofrecérselo para que deje de usarlo, lo primordial es
no ir detrás de ellos con el chupete, es decir, no debemos de pensar en él como
un recurso, eliminándolo del campo visual de nuestros hijos/as.
- No negárselo si lo pide, es necesario dárselo; ya que
podría a empezar a considerarse algo prohibido como consecuencia hacer que lo
desee más y no quiera soltarlo.
- Sustituir las situaciones en los momentos en los que
sabemos que suelen pedirlo y debemos anticiparnos buscando otras
soluciones/alternativas. Por ejemplo, si lo pide cuando sale a la calle,
podemos ofrecerle algún alimento o bebida, hablarle… Por la noche, hacerle
caricias, cantarle una canción…
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FÁTIMA LÓPEZ RUS
LOGOPEDA