Los sistemas de comunicación son creados para proporcionar a todas las personas que no se pueden comunicar mediante el lenguaje hablado, un sistema con el cual se potencie su capacidad de compresión y expresión del lenguaje oral. Se consigue así mejorar la interacción social, el aprovechamiento escolar/laboral y los sentimientos de autoestima.
Las personas que pueden beneficiarse del uso de los sistemas de comunicación pueden tener diferentes características y edades: desde niños/jovenes con algún tipo de trastorno del neurodesarrollo que le impide tener un lenguaje funcional, hasta adultos con algún tipo de enfermedad o lesión que le impide expresarse con claridad.
Los sistemas de comunicación pueden presentar unas características u otras dependiendo de su utilidad y las personas a las que vaya dirigido. Podemos encontrar sistemas que al usarse sustituyan el lenguaje oral recibiendo el nombre de sistemas alternativos de comunicación; o, por el contrario, sistemas de comunicación que sirvan de apoyo al lenguaje oral otorgándole el nombre de sistemas aumentativos de comunicación.
Para tomar la decisión de qué sistema de comunicación es el más adecuado para una persona, es necesario realizar una evaluación previa en la que se debe tener en cuenta varias variables como son el nivel de lenguaje expresivo y comprensivo que ésta posee, sus gustos y preferencias, su capacidad de aprendizaje y desempeño cognitivo (memoria, atención...), la presencia o no de dificultades motoras o manipulativas, dificultades de control neuromuscular (tono muscular, babeo...), áreas perceptivas (visual, táctil y auditiva), así como el nivel de integración y relaciones que establece con los demás y su entorno.
La implementación de un sistema de comunicación, sea cual sea, debe establecerse de manera gradual, y en ocasiones se hace necesario el uso de varios sistemas para obtener una mayor funcionalidad y mejores resultados en la vida cotidiana de la persona que lo utiliza.
Algunos de los sistemas de comunicación más conocidos son la lengua de signos, el sistema bimodal (donde se emplean conjuntamente la modalidad gestual y vocal), el uso de pictogramas, el sistema PECS o los sistemas de comunicación a través del uso de la mirada a través de un dispositivo conectado a un ordenador (Irisbond es uno de estos dispositivos )
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Pilar Galiano
Neuropsicóloga
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