lunes, 19 de noviembre de 2018

HABLEMOS DE DISLALIAS

 
Los niños al comienzo del aprendizaje y desarrollo del lenguaje muestran inflexiones que se consideran normales según en la franja de edad en la que el niño o niña se encuentre. Esto se debe a que el lenguaje consiste en una función muy compleja, la cual se está adquiriendo en edades muy tempranas.

Sin embargo, cuando estas inflexiones duran más del tiempo esperado pasan a llamarse señales de alarma. Estas señales de alarma deben ser observadas y evaluadas lo antes posibles con el fin de solventarlas a tiempo y evitar la aparición de posibles trastornos secundarios adicionales.

Entre las inflexiones que se pueden encontrar en esta etapa y a la que, en este caso, vamos a hacer hincapié son las denominadas dislalias.

La dislalia consiste en una dificultad en la correcta producción de ciertos sonidos (dislalias simples) o grupos de sonidos (dislalias múltiples).

El defecto en la articulación se puede expresar de diferentes maneras:
--> Omisión: se omite el sonido no adquirido, produciéndose en su lugar un silencio o alargamiento de la vocal anterior que señala su presencia.
--> Sustitución: se sustituye el sonido por otro sonido cercano a su punto de articulación o por el más parecido auditivamente (<<cato>> por gato).
--> Distorsión: se produce un sonido aproximando al que se quiere emitir, debido a una imperfecta posición de los órganos fono-articulatorios o a una incoordinación fono-respiratoria (la pronunciación del sonido /s/ se realiza con la lengua pegada al paladar, produciéndose un escape de aire lateral.).
--> Inserción: se añade otro sonido que puede servir de apoyo (<<dramo>> por ramo).

Esta dificultad articulatoria puede deberse a diferentes causas y en base a éstas las dislalias se pueden clasificar en:
- Dislalia evolutiva: tiene lugar en el desarrollo normal del lenguaje; donde el niño aún no es capaz de repetir por imitación las palabras que escucha y lo hace de forma incorrecta.
- Dislalia funcional: defecto en la articulación del lenguaje debido a una función anómala de los órganos periféricos del habla, sin que exista una lesión o malformación de éstos.
- Dislalia audiógena: se origina en base a una deficiencia auditiva. El niño/a al no poder discriminar auditivamente de una forma correcta, confunde sonidos que presentan similitud acústica y, por tanto, este hecho se transcribe en una dificultad en la correcta articulación de dichos sonidos.
- Dislalia orgánica: el trastorno de articulación se debe a alteraciones orgánicas. Las lesiones pueden encontrarse a nivel central (denominándose disartrias) o periférico (pasándose a llamar disglosias).

Dependiendo de la causa que determine la dislalia encontrada en cada niño o niña, se debe realizar una exhaustiva evaluación y, posteriormente, un tratamiento para eliminar posibles hábitos anómalos y establecer una saludable articulación, haciendo posible que el lenguaje sea lo más funcional y eficaz posible.

Por ello, es importante observar a nuestros hijos y ver qué tipo de inflexiones cometen en este arduo aprendizaje. Ante posibles alteraciones o dudas existentes, no duden en consultar con nosotros, estaremos encantados de ofrecerles nuestra ayuda.


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FÁTIMA LÓPEZ

Logopeda

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